UN ATARDECER EN SATURNO (2021)
Durante el año 2020, a razón del confinamiento por la crisis sanitaria pudimos constatar de manera radical el impacto de la mediación en nuestras vidas. Una serie de comportamientos, protocolos habituales y costumbres fueron restringidas. La convivencia con aquellos que no formaban parte de nuestra familia nuclear fue mediada a través de las pantallas. Esas mismas pantallas eran las ventanas a la realidad, al mundo exterior y a la coyuntura social. La tensión entre la credibilidad de las medidas adoptadas para enfrentar la crisis sanitaria y la incertidumbre generaba estragos en los cuerpos. Restricciones, ansiedad, miedo, cambios precipitados sobre las medidas a adoptar para cuidarnos generaron sentimientos de frustración y ansiedad: ¿qué creer? ¿A quién creer? ¿Lo que estoy viendo es real? Estas preguntas que se desataron en el contexto nos llevaron a preguntarnos, como artistas, sobre la relación entre la verdad y la mediación y su sintomatología en los cuerpos.
Un atardecer en Saturno propone jugar con la extrañeza para aportar una mirada crítica a nuestra realidad y cuestionarnos sobre qué entendemos por lo “real”. Las redes permiten con facilidad, emitir una voz, una opinión, pero no necesariamente promueven el tiempo para la elaboración sopesada de lo que se va a decir, ni de sus consecuencias, ni propone espacios de una escucha receptiva. Leemos y escuchamos frases, dogmas y citas sin verdaderamente llegar a entender de dónde surgen y a qué preguntas intentan responder.
En este vacío, la frase de Suely Rolnik es provocadora: “Para atribuir un sentido al sinsentido del estado en que se encuentra la subjetividad, el deseo efectuará sus conexiones y cortes en puntos de productos discursivos que ofrecen los traficantes de recetas de una paz redentora”. Cada quién creará sus verdades en función al punto elegido dentro de un producto discursivo.
Un atardecer en Saturno, desarrolla, con tinte de humor, un clima de extrañeza, que atribuye el deseo a otro (que puede representar el sistema, la autoridad, aquello a lo que estoy a merced de), cuestiona las fuentes de la verdad, reactualiza la necesidad de reconstruir un nuevo orden de las cosas, así como la de lidiar con la incertidumbre.
Ficha Técnica:
Duración:
50 minutos aproximadamente.
Directora:
Cristina Velarde
Productora:
Paola Alcántara
Bailarines:
Silvana Palomino
Christina Olivares
Miguel García Llorens
Cristina Velarde
Música:
Ulises Quiroz
Artista visual:
Camila Valdeavellano
Fotografías de Paul Mayca
Co-producido por la Alianza Francesa de Lima